Alertan desde Tijuana por consumo de nueva droga mortal “zombi” que usan adictos en el país

Desde la ciudad de Tijuana, Baja California, el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones emitió ayer una alerta temprana tras el descubrimiento de venta de la nueva droga “zombi”, denominada Xilacina, que está siendo utilizada por adictos en el país.  

Esta sustancia, de uso veterinario y legal, es mezclada con fentanilo y metanfetamina, con lo que aumenta considerablemente el riesgo de sobredosis y muerte entre quienes la consumen. 

Juan Manuel Quijada Gaitán, Comisionado Nacional de Salud Mental y Adicciones, confirmó que, aunque el consumo de Xilacina aún es mínimo en el país, su potencial destructivo ha llevado a las autoridades a tomar medidas preventivas inmediatas. 

Explicó que la droga, conocida popularmente como “droga zombi” en Estados Unidos, debido a su potente efecto relajante y la capacidad de inducir un estado parecido al de un zombi, posee una potencia similar a la del fentanilo y puede causar la muerte por paro cardiorrespiratorio en casos de sobredosis. 

Aseguró que la alerta fue emitida después de recabar información de varias instituciones, incluyendo fiscalías, secretarías de salud, servicios médicos forenses y centros de rehabilitación, como Prevencasa, en Tijuana. 

Quijada Gaitán destacó la preocupación por el bajo costo de las drogas sintéticas, como la Xilacina y el fentanilo, lo que las hace accesibles y populares entre personas con problemas de adicción. 

Afortunadamente, dijo, una sobredosis de Xilacina puede ser revertida con naloxona, un antídoto para las sobredosis de opioides, aunque la disponibilidad y el acceso rápido de éste antídoto “es crítico” para prevenir fatalidades, o sea, no es común en las farmacias. 

“Las autoridades sanitarias y las organizaciones de prevención de adicciones están intensificando sus esfuerzos para informar y educar a la población sobre los riesgos de estas sustancias, así como para mejorar las estrategias de intervención rápida en casos de emergencia por sobredosis”, aseguró el especialista Juan Manuel Quijada Gaitán. 

A mediados de julio de 2023, el presidente Joe Baiden lanzó un Plan de Respuesta Nacional para hacer frente a los letales efectos de una sustancia letal cuando se combina con el fentanilo, la Xilacina, un potente opiáceo que en ese momento era responsable de las dos terceras partes de las 110,000 muertes por sobredosis registradas en 2022, un récord histórico. 

Conocida en las calles como “tranq” o “droga zombi”, es un anestésico animal que causa graves heridas en la piel. “Los camellos” (vendedores de droga) lo mezclan con el opiáceo (fentanilo-xilacina) para abaratarlo y prolongar sus efectos. Ahora forma parte del  glosario de drogas que mantienen en jaque a Estados Unidos. 

Rahul Gupta, director de la Oficina Nacional para la Política de control de Drogas, designó, en abril de 2023, esa combinación como una “amenaza emergente” para la salud pública de los estadounidenses.Playvolume00:03/01:00elpais_mexicoTruvidfullScreen

Explicó que la Xilacina es un fármaco veterinario, XylaMed, aprobado por la FDA (la agencia de medicamentos) en 1972 para uso como analgésico y sedante para animales. Su empleo no está recomendado para humanos. 

Entre 2020 y 2021, su presencia en exámenes forenses creció un 1127% en la región del sur de Estados Unidos, aunque, según explicó Gupta, ya se ha convertido a estas alturas en una sustancia detectada en casi todos los estados de la Unión Americana. 

Según la CDC (siglas de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), el anestésico estuvo el año pasado relacionado con un 11% de las muertes por sobredosis. “Creíamos que el fentanilo (causante de la crisis de estupefacientes más grave de la historia del país) era peligroso, pero la combinación de ambas es mucho más mortífera”, advirtió Gupta. 

En el plan presentado por Biden para atacar su consumo, sin embargo, no incluye medidas para endurecer su comercialización veterinaria, prevé reforzar las pruebas, la recolección de datos, la prevención, el ataque a las cadenas de suministro, el rastreo y el tratamiento de la Xilacina. 

Gupta explicó que los traficantes mezclan ambas drogas para abaratar su fabricación y para ampliar la duración del efecto con fentanilo. Los efectos secundarios del anestésico animal por sí solo son pavorosos e incluyen úlceras en la piel, heridas y necrosis. En sus peores manifestaciones pueden desembocar en amputaciones. También puede provocar paradas respiratorias. 

Al no ser un opiáceo, complica los tratamientos destinados a revertir las sobredosis de fentanilo. Existe un fármaco, Narcan, cuyo principio activo es la naloxona y es altamente eficaz para sacar a los consumidores del túnel de la muerte, pero que pierde sus efectos cuando la “droga zombi” entra en la ecuación. En marzo, la FDA aprobó su venta sin receta como antídoto. 

Entre otras medidas, el plan contempla educar a los profesionales de la salud a tratar la abstinencia y la adicción a la xilacina, así como las heridas cutáneas que provoca; atajar las importaciones ilegales de China y México y buscar alternativas a la naloxona que funcionen con el narq. 

Las agencias convocadas por la Casa Blanca, que se ha impuesto el objetivo de reducir para 2025 un 15% los fallecimientos relacionados con la Xilacina, tenían sesenta días para presentar sus propuestas. 

La relación de Estados Unidos con el fentanilo se remonta a los años noventa, cuando farmacéuticas como Purdue inundaron el mercado de unas pastillas llamadas Oxycontin, que comercializaron agresivamente. 

Cuando los médicos dejaron de recetarlas a una legión de adictos, estos se lanzaron en brazos de la heroína. El fentanilo, droga inventada en los sesenta que revolucionó la anestesiología, entró en escena hacia mediados de la década pasada. 

La pandemia disparó su uso. En 2020, las muertes por sobredosis crecieron un 20%, hasta los 91.799 casos. En 2021, se registraron 106 mil 699 casos, según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, lo que significó un 16% más. El año siguiente superaron las 110 mil 000 casos. 

El tema se ha convertido también en otro frente de la guerra política entre demócratas y republicanos, cuyos miembros más extremistas reclaman a Biden que intervenga militarmente en México para descabezar los grupos de narcos que operan en el país, de parecida manera a como se hizo con el Estado Islámico. 

Biden, que será candidato de nuevo en 2024, ha colocado la lucha contra las drogas sintéticas en lo alto de su lista de prioridades y al hecho que el secretario de Estado, Antony Blinken, convocara, también en julio del año pasado, a ministros de 84 países para lanzar una alianza global y establecer vías de colaboración para hacerle frente a esa droga sintética. 

Por Abel López Jiménez.