Por Luis Martínez Alcántara
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lanzó fuertes críticas hacia los opositores que celebran la posibilidad de una intervención estadounidense en asuntos internos del país, calificándolo como una “traición a la patria”.
Reafirmó la soberanía de México y rechazó cualquier forma de injerencia extranjera, destacando que su gobierno no permitirá que intereses externos interfieran en los asuntos nacionales. Estas declaraciones surgen en un contexto de tensiones bilaterales tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Sheinbaum enfatizó que México es un país libre e independiente, y que cualquier intento de subordinación sería inaceptable. La mandataria señaló que quienes apoyan o celebran posibles acciones intervencionistas están atentando contra los principios fundamentales de la nación. También subrayó la importancia de defender los derechos y la dignidad de los mexicanos ante las políticas migratorias y económicas anunciadas por Trump.
El gobierno mexicano ha tomado medidas concretas para fortalecer su posición frente a Estados Unidos. Entre estas acciones se incluyen reforzar las aduanas, combatir el tráfico de fentanilo y mejorar los servicios consulares para proteger a los mexicanos en el extranjero. Estas estrategias buscan demostrar que México está preparado para enfrentar cualquier desafío derivado de las nuevas políticas estadounidenses.
La postura firme de Sheinbaum también responde al contexto regional, donde diversas figuras opositoras han mostrado apoyo a administraciones extranjeras para influir en sus países. Este tipo de celebraciones han sido vistas como actos que debilitan la soberanía y fortalecen narrativas intervencionistas, lo cual la Presidenta considera inaceptable para México.
Las declaraciones de Sheinbaum reflejan su compromiso con la defensa de la soberanía nacional frente a cualquier amenaza externa. Su mensaje busca unificar al país en torno a valores patrióticos y rechazar cualquier intento de intervención extranjera, enviando una señal clara tanto a los opositores como al gobierno estadounidense sobre el papel independiente y digno que México desea mantener en el escenario internacional.