Chico Che y El Grande

PULSO

 

Eduardo Meraz

Según lo anunció el presidente totalmente Palacio Nacional, a partir de este martes se contará con la radionovela sobre la vida y obra de Genaro García Luna, dado el escaso interésentre el público conocedor para disfrutar de la prometida sesión diaria de “Quién es quién en las mentiras”.

El juicio que se le sigue al ex titular de la Secretaría de Seguridad, en el mandato de Felipe Calderón servirá para elevar el “rating” del teatro en atril mañanero, al convertirse en una radionovela sobre las andanzas de quien es considerado por el cuatroteísmo casi casi como el enemigo público número uno y coautor de todas las desgracias habidas en materia de seguridad.

Por lo expresado en el primer capítulo, se trata de una narco-serie radiofónica que, sin duda, podría superar con creces las televisivas realizadas hasta ahora por Epigmenio Ibarra -especialista en el tema-, y seguramente será narrada a dos voces: el titular del ejecutivo y el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.

La gran ventaja de esta radio-novela sobre narcos, es el bajo costo en su producción, pues cuentan con la contribución desinteresada de los testigos de la fiscalía estadounidense, quienes -sin saberlo- se convertirán en guionistas de la serie.

Las primeras declaraciones de Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, aunque aún no estén respaldadas con evidencias reúnen todos los requisitos para dar cuerpo a las truculencias cometidas por García Luna y, de esa forma, mantener el interés del público, que no querrá perderse ninguno de los episodios.

Por lo revelado hasta el momento, estaríamos frente al florecimiento de la narco-política en nuestro país en lo que va del presente siglo, pues prácticamente no existe sector alguno que se haya contaminado.

Si bien no la totalidad, en estos primero capítulos, narrados por “El Grande”, con las voces en off del mandatario sin nombre y su vocero, se habla del involucramiento de funcionarios de los tres niveles, empresarios y miembros de las fuerzas armadas con el crimen organizado, a través de alianzas a conveniencia con los principales cárteles.

Sin duda, el juicio a García Luna le cayó como anillo al dedo al habitante del palacio virreinal, pues tendrá tela de donde cortar de aquí al inicio de las campañas para renovar las gubernaturas de Coahuila y el estado de México, vía la proyección de la imagen inmaculada de su gobierno.

Eso, siempre y cuando no se registre alguna declaración “atípica” de los testigos que obligaran al presidente sin nombre a guardar su pañuelito blanco, porque se pudiera involucrar a funcionarios cercanos o parentela de la actual administración, no sólo por cuestiones de tráfico de enervantes, sino por la extensa actividad ilícita desarrollada por los delincuentes.

Con miras a darle realce a la narco-serie transmitida desde Palacio Nacional, sería altamente recomendable un jingle de identificación- entrada y salida- con uno de los intérpretes favorito del presidente: “Chico Che”.

He dicho.

 

EFECTO DOMINÓ

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró constitucional que las fuerzas armadas registren directamente ante el sistema nacional de detenciones las capturas que realicen en apoyo a las tareas de seguridad pública en el país, sin tener que dar aviso a las autoridades policiales competentes.

La posibilidad de que se presenten abusos es elevada, si se toma en consideración que en muchas ocasiones ni las propias autoridades responsables de la seguridad pública lo cumplen a cabalidad.

 

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