El Día de las Mulas, también conocido como Corpus Christi, se celebra en México el jueves siguiente al octavo domingo después de Pascua. En 2024, esta celebración coincidió con el 30 de mayo. Esta festividad tiene sus raíces tanto en la tradición católica como en las prácticas prehispánicas, reflejando un sincretismo cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos.
El origen del Día de las Mulas se atribuye a dos versiones principales:
Una de ellas es el milagro atribuido a San Antonio de Padua, quien logró convertir a un hombre incrédulo a la fe cristiana cuando una mula se arrodilló ante la Sagrada Hostia. Este evento se conmemora cada año con la celebración del Día de las Mulas.
La segunda versión sugiere que la festividad es un ejemplo de sincretismo cultural, donde las tradiciones prehispánicas de ofrecer las primeras cosechas a los dioses se fusionaron con la celebración católica del Corpus Christi. Las mulas, animales de carga esenciales en la época, simbolizan la abundancia y la buena cosecha.
El Corpus Christi es una fiesta católica dedicada a la veneración de la Eucaristía, el sacramento en el que, según la fe católica, Jesucristo está presente de manera real y verdadera bajo las apariencias de pan y vino. Su origen se remonta al siglo XIII con la visión de la beata Juliana de Lieja, quien en 1209 tuvo una revelación que señalaba la necesidad de una fiesta en honor a la Eucaristía. Esta visión llevó al Papa Urbano IV a instituir la fiesta del Corpus Christi en 1246 en la diócesis de Lieja.
Las celebraciones del Día de las Mulas y el Corpus Christi en México combinan elementos religiosos y culturales. El Día de las Mulas ha desarrollado su propia identidad, con celebraciones alegres y populares que incluyen procesiones religiosas con el Santísimo Sacramento, danzas tradicionales, y la decoración de calles con flores y papel picado. Además, se hacen ofrendas de alimentos y flores y se elaboran “mulitas”, pequeñas figuras de mulas hechas con hoja de maíz y adornadas con colores vivos.
El Día de las Mulas y el Corpus Christi representan una rica tradición cultural y religiosa en México, donde se celebra la fe católica y se honra la historia y las costumbres prehispánicas. Esta festividad es un ejemplo claro de cómo las tradiciones pueden fusionarse y evolucionar para crear celebraciones únicas y significativas para la comunidad.
Por Luis Martínez Alcántara.