Por Luis Martínez Alcántara
El primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, anunció que la isla celebrará un referéndum el próximo 6 de abril para decidir si se une a Estados Unidos. Esta sorprendente decisión llega tras meses de creciente tensión entre Groenlandia, Dinamarca y EU, desencadenada por las declaraciones del presidente electo Donald Trump sobre su deseo de anexionar la isla.
El anuncio causó conmoción en Dinamarca y la Unión Europea. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reiteró que “Groenlandia es para el pueblo groenlandés” y que no está en venta. Sin embargo, el gobierno groenlandés parece haber cedido a la presión de Trump, quien ha amenazado con imponer sanciones económicas a Dinamarca si no cede el control del territorio.
La decisión de celebrar el referéndum se produce en un momento de creciente sentimiento independentista en Groenlandia. Egede sugirió en su discurso de Año Nuevo la posibilidad de redactar una constitución para una Groenlandia soberana. Ahora, el referéndum plantea la opción de unirse a EU como alternativa a la independencia total o a seguir bajo soberanía danesa.
Trump no tardó en celebrar la noticia como un triunfo personal. En un mensaje en Truth Social, el presidente electo afirmó que “Groenlandia es un lugar increíble y su gente se beneficiará enormemente cuando se convierta en parte de nuestra nación”. Sin embargo, los líderes de los cinco partidos representados en el parlamento groenlandés han expresado su rechazo unánime a la idea de anexión.
El referéndum del 6 de abril coincidirá con las elecciones parlamentarias en Groenlandia, lo que añade un nivel adicional de incertidumbre al resultado. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo esta decisión podría alterar el equilibrio geopolítico en el Ártico y las relaciones entre EU y sus aliados europeos.