Por Luis Martínez Alcántara
La violencia en Sinaloa alcanzó niveles alarmantes en los últimos meses, con cifras que reflejan una crisis de seguridad sin precedentes. Desde septiembre de 2024 hasta febrero de 2025, se han reportado más de 1,000 personas desaparecidas en el estado. De estas, solo 393 han sido localizadas, mientras que 726 continúan sin ser encontradas.
Este incremento en las desapariciones coincide con una escalada de violencia atribuida a enfrentamientos internos entre facciones del Cártel de Sinaloa, específicamente entre “Los Chapitos” y “La Mayiza”. Estos conflictos han generado un promedio diario de 6.2 desapariciones y 5.4 homicidios en la región.
Las autoridades locales reconocen la gravedad de la situación. El secretario General de Gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro Meléndrez, admitió que los resultados en la búsqueda de desaparecidos no han sido los esperados y enfatizó la necesidad de intensificar los operativos de búsqueda.
La población civil se encuentra en medio de esta ola de violencia, enfrentando no solo la amenaza de desapariciones, sino también un aumento en otros delitos como el robo de vehículos, con casi 3,000 casos reportados en el mismo periodo. Esta situación ha generado un clima de miedo e incertidumbre entre los habitantes de Sinaloa.
Organizaciones de derechos humanos y colectivos de búsqueda han alzado la voz, exigiendo a las autoridades una respuesta más efectiva y la implementación de estrategias que garanticen la seguridad de la ciudadanía. La crisis de desapariciones en Sinaloa es una herida abierta que demanda atención inmediata y soluciones concretas para frenar esta tragedia.