La recta final del proceso electoral se ve complicada por el clima de inseguridad que ha permeado en las campañas

Contando el día de hoy, quedan nueve días de campañas electorales en el país y el panorama del proceso electoral federal se observa complicado en la recta final por el clima de inseguridad que ha permeado sobre las mismas.

Más de 30 candidatas y candidatos a diversos cargos de elección popular han sido asesinados por el crimen organizado en diversas regiones del país, muchos han resultado heridos y un numeroso grupo de aspirantes han sido obligados a renunciar a sus candidaturas bajo amenazas de delincuentes que buscan imponer condiciones, porque se sienten protegidos con los “abrazos no balazos”.

Así pasó el tercer y último debate de presidencial como antesala de las elecciones federales del próximo 2 de junio. El siguiente paso serán los cierres espectaculares de campaña de las dos aspirantes a la primera magistratura: la opositora Xóchitl Gálvez y la oficialista Claudia Sheinbaum.

Del naranja Jorge Álvarez Máynez se espera que siga llamando la atención en las redes sociales con ofertas diversas hacia el sector de la juventud, que es donde más ha hecho campaña proselitista.

Pero también en esta recta final, previa a las votaciones nacionales, se prevé una oleada de encuestas impulsada por los equipos de campaña de las candidatas de Fuerza y Corazón por México y de Sigamos Haciendo Historia, respectivamente, en busca de inclinar las preferencias del electorado a su favor, sobre todo de los indecisos.

Los dos últimos sondeos de opinión efectuados por la encuestadora Massive Caller, ya ubican arriba a la aspirante hidalguense. Diversas encuestadoras siempre dieron una ventaja de 30 puntos en promedio a Sheinbaum durante estos meses de campaña proselitista.

El 3 de mayo, a poco menos de un mes de las elecciones, la primera encuesta de esa casa encuestadora  indicó que Gálvez Ruiz tenía ya 38.9 por ciento de las preferencias, mientras Sheinbaum 38.7 y Álvarez Máynez 7.5 por ciento, con una franja de indecisos del 14.9.

En un segundo sondeo dado a conocer cuatro días antes del tercer debate presidencial, la empresa de José Carlos Campos Riojas volvió a resultar con ventaja para Xóchitl con 39.9 por ciento contra 39.1 por ciento de Claudia. Es decir, ocho décimas de diferencia a favor de la hidalguense.

Diversos analistas como Enrique Quintana, en el diario El Financiero con su columna Coordenadas, en los diversos escenarios que se plantean está que la sorpresa de última hora podría llegar más bien por la diferencia de votos en el resultado de las votaciones que por la definición de quién puede ganar las encuestas de opinión entre las dos candidatas.

Una pregunta que salta en escenario es ¿Podemos esperar cambios importantes en este lapso? Nadie sabe. La política –dicen- a veces es impredecible y la liebre salta por donde menos se sospecha. Otras veces ninguna liebre salta.

Las encuestas sirven para reflejar tendencias, pero tampoco son ninguna garantía de que las “fotografías” que ofrecen sean lo que vaya a suceder el día de la jornada electoral.

Es tan irracional desecharlas y citar el lugar común de que la “encuesta” que vale es la del 2 de junio (algo totalmente falaz, pues es votación, no encuesta) como pensar que son garantía del resultado, señala Quintana en su último análisis.

¿Qué puede pasar en estos últimos nueve días de campaña? Se pregunta y responde: Podría haber informaciones que causen un shock en la opinión pública. ¿Cuáles? No se sabe. Ni siquiera el sentido que tuvieran. Podrían ser en contra de Xóchitl o de Claudia.

El hecho es que, si hubiera una información de muy alto impacto, el lapso para responder va a ser muy limitado. Eso conduce a que la recta final sea muy relevante, pues ya no hay tiempo para reparar los daños causados. Pero también podría ocurrir que no hubiera nada relevante.

Hasta ahora, dice Quintana, las encuestas que sistemáticamente marcan un ganador claro tienden a anticipar correctamente el resultado en la elección.

Incluso, recordó, en la controvertida elección del Estado de México el año pasado, los cuestionamientos vinieron por la diferencia en los votos, y no por la identificación de la candidata ganadora.

Tal vez sea el caso en las elecciones presidenciales. Pero no lo sabemos a ciencia cierta.

Por eso el autor de Coordenadas insiste que la sorpresa de última hora podría llegar más bien por la diferencia de votos en el resultado que por la definición de quién va a ganar. Y ese hecho no es poca cosa.

Si en las dos cámaras del Congreso se perfilara una mayoría simple de Morena y sus aliados, en lugar de una mayoría absoluta o calificada, cambiaría profundamente la vida política del país en los siguientes años.

Si Morena no ganara la mayoría de las gubernaturas en disputa y fueran otros partidos y alianzas las que consiguieran el triunfo, sería otro factor de mudanza para la vida del país, pronostica el analista Enrique Quintana.

 

Por Abel López Jiménez.