LAS SERIES DE NARCOS SON UN PELIGROSO MODELO PARA LA JUVENTUD: SHEINBAUM.

Por Luis Martínez Alcántara

 

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su preocupación sobre el impacto que las series de televisión relacionadas con el narcotráfico tienen en los jóvenes. Afirmó que estas producciones no solo idealizan la vida delictiva, sino que también acercan a los jóvenes al crimen organizado al presentar una visión aspiracional del narcotráfico.

 

Agregó que estas narrativas distorsionan la realidad y pueden influir negativamente en la percepción que tienen los jóvenes sobre la vida criminal, presentándola como un camino hacia el lujo y el poder.

 

Sheinbaum destacó que las series de narcos promueven una imagen glamorosa de la delincuencia, donde ser parte de un grupo criminal se asocia con riqueza y éxito social. Dijo que este tipo de contenido puede resultar atractivo para los jóvenes en situaciones vulnerables, quienes podrían ver en estas representaciones una forma de alcanzar sus aspiraciones y subrayó que este fenómeno es preocupante ya que no se muestra el costo real de esta vida, que a menudo termina en violencia y muerte.

 

La declaración de la Presidenta de México resuena en un contexto donde es crucial repensar cómo se representan temas tan delicados como el narcotráfico en los medios. La responsabilidad recae no solo en los creadores de contenido, sino también en las instituciones educativas y familiares para ofrecer a los jóvenes alternativas más saludables y realistas. En última instancia, es fundamental abordar este problema desde múltiples frentes para evitar que las narrativas ficticias continúen acercando a los jóvenes al mundo del crimen organizado.

 

Diversos estudios han documentado cómo las series sobre narcotráfico influyen en el comportamiento de los adolescentes. Un alto porcentaje de encuestados considera que estas producciones fomentan la delincuencia y glorifican a los criminales. Muchos jóvenes adoptan actitudes y estilos de vida inspirados en los personajes que ven en pantalla, lo que refuerza estereotipos negativos y contribuye a la normalización del crimen en su entorno. Esto plantea un desafío significativo para las autoridades y la sociedad civil en su conjunto.