SEGURIDAD INTEGRAL/ Paradojas en la seguridad pública

Por Arturo Ortiz, director de CIPI protección
La presencia del Ejército en las calles se duplicó en 15 años, pero los delitos se dispararon. Simplemente, los homicidios ascendieron 240% en ese periodo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 del Inegi, en 2021 la tasa de delitos y víctimas reportó un incremento en comparación con 2020.
El año pasado, en el país se cometieron 28.1 millones de delitos , asociados a 22.1 millones de víctimas , lo que representa una tasa de 24,207 víctimas por cada 100,000 habitantes; cifras que estadísticamente son superiores a las estimadas en 2020.
Esto, pese a que parte de las cifras no reflejan la realidad del país, pues hay subregistros superiores al 90%, según la Encuesta Nacional de Victimización que elabora el INEGI. Dichos subregistros reflejan la falta de denuncia, a su vez, resultado de la desconfianza hacia las instituciones de seguridad y procuración de justicia. Asimismo, debe tomarse en cuenta la probable manipulación de algunas de estas cifras por parte de autoridades.
Aún así, de 2006 a 2021, la presencia de soldados en tareas de seguridad pública pasó de 37 mil 253 a 90 mil 023 mientras los homicidios se incrementaron de 10 mil 452 en 2006 a 35 mil 625 en 2021.
Desde 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón decidió sacar a los militares de sus cuarteles para encabezar la “guerra contra el narcotráfico”, hasta 2021, cuando el jefe del ejecutivo Andrés Manuel López Obrador decidió mantenerlos en tareas de seguridad pública, la presencia del Ejército en las calles se duplicó en todo el territorio nacional sin que la violencia baje. Simplemente, los homicidios se han disparado en 240.84%.
Datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) indican que en 15 años el total de efectivos desplegados pasó de 37 mil 253 a 90 mil 023 elementos, un incremento de 141.65%. A la par, cifras del INEGI reportan que los homicidios pasaron de 10 mil 452 a 35 mil 625 en el mismo periodo.
En suma, la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles no tiene ningún efecto disuasivo en la sociedad sobre el homicidio, el delito de mayor impacto social, lo que se suma al hecho de que los elementos del Ejército y la Guardia Nacional no investigan los delitos.
Así, la presencia del ejército en las calles es una política de simulación para abatir la inseguridad. También tiene un rol político. Por ejemplo, la Ciudad de México reporta tener 7 mil 200 efectivos desplegados. Esta entidad es seguida por Guerrero con 5 mil 220, el Estado de México con 5 mil 150, Michoacán con 4 mil 800, Veracruz con 4 mil 770 y Jalisco con 4 mil 766.
En la Ciudad de México se reportaron los peores resultados electorales para Morena, el partido político en el poder, y una de las quejas recurrentes fue la inseguridad. Así, se llena de militares para generar la idea de que se trata de abatir al crimen.
Esto no es así. Las cifras de homicidios son contundentes y no se percibe una baja de tasas delictivas, aunque si se nota que cada vez más las fuerzas castrenses obtienen mayor presupuesto.
Sube presupuesto, pero violencia se mantiene Los recursos etiquetados en los primeros tres años de gobierno para las Fuerzas Armadas ascendieron a 544 mil millones de pesos y para la Guardia Nacional 103 mil millones. Paradojas de la seguridad pública.

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