Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- El empresario Emilio Azcárraga, presidente de Televisa, fue vinculado nuevamente al caso FIFA Gate, un extenso escándalo de corrupción que implica a empresas y figuras de la industria deportiva en una red de sobornos para asegurar derechos de transmisión de las Copas del Mundo de 2018 a 2030. Esta situación llevó a Azcárraga a pedir una licencia de su cargo, desatando interrogantes sobre el futuro de Televisa y su papel en el fútbol internacional.
El FIFA Gate, investigado desde 2015, expuso que varias empresas, entre ellas Televisa y la brasileña Globo, habrían pagado sobornos millonarios a directivos de la FIFA, lo que ha vuelto a poner a la televisora mexicana en el centro de una investigación judicial en Estados Unidos
En el corazón de la investigación, testimonios y documentos revelan que Televisa presuntamente utilizó intermediarios, como la empresa Mountrigi Management Group, para gestionar sobornos y adquirir los derechos de transmisión. Este esquema de corrupción involucra a altos directivos de la FIFA, quienes habrían favorecido a ciertas empresas a cambio de cuantiosas sumas de dinero, lo cual repercutió en una caída significativa del valor de las acciones de Televisa tanto en México como en Estados Unidos
El caso FIFA Gate destapó una serie de prácticas corruptas que, según los investigadores, podrían tener consecuencias legales serias para Azcárraga y otros directivos. La empresa enfrenta potencialmente desde sanciones financieras hasta restricciones para operar en mercados internacionales, lo que ha encendido las alarmas sobre el posible impacto a largo plazo para Televisa y sus socios comerciales. Los analistas sugieren que este caso podría también impactar su vínculo con Club América y el Estadio Azteca, propiedades clave en el deporte mexicano
El FIFA Gate representa un reto significativo para la imagen pública de Televisa, y el desenlace de esta investigación podría redefinir tanto su futuro en el ámbito deportivo como su estructura de liderazgo. La presión internacional y el avance de la investigación podrían derivar en cambios drásticos en la empresa, que enfrenta uno de los escándalos más grandes de su historia reciente.