Por Luis Martínez Alcántara
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra los jueces federales que han bloqueado algunas de sus recientes órdenes ejecutivas, calificándolos de “altamente politizados”.
En su red social Truth Social, Trump expresó: “Hemos encontrado millones de dólares en fraude, desperdicio y abuso en la investigación de nuestro gobierno incompetentemente gestionado. Ahora, ciertos activistas y jueces altamente politizados quieren que vayamos más despacio o detenernos”.
Estas críticas surgen después de que varios tribunales emitieran órdenes temporales contra medidas clave de su administración, incluyendo la congelación del gasto gubernamental, el despido de empleados públicos y restricciones a la ciudadanía por nacimiento. El Departamento de Justicia ha condenado lo que considera una “intolerable extralimitación judicial”.
El vicepresidente J.D. Vance también se pronunció al respecto, afirmando en X (anteriormente Twitter): “Los jueces no pueden controlar el poder ejecutivo”. Por su parte, Elon Musk, encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental, calificó la intervención judicial como “tiranía judicial extremadamente inapropiada”.
Ante estas declaraciones, figuras políticas como la excongresista republicana Liz Cheney han respondido, señalando que la administración debería apelar las decisiones judiciales en lugar de desobedecerlas y enfatizó que “si crees que algún tribunal federal ha excedido su autoridad, tu recurso es apelar. No puedes abandonar la República solo porque estás perdiendo”.
Expertos legales advierten sobre una posible crisis constitucional si la administración Trump decide ignorar los fallos judiciales. La Asociación Americana de Abogados ha manifestado preocupaciones sobre los ataques al estado de derecho bajo la actual administración, subrayando la importancia de mantener el equilibrio entre los poderes ejecutivo y judicial.