VIVIR CON DIABETES DESPUÉS DE LOS 45: LOS MIEDOS QUE NO SE HABLAN

Por Mauricio Palomares

Tener más de 45 años y vivir con diabetes en México no es solo una cuestión de dieta y medicamentos. Es una realidad compleja, muchas veces silenciosa, en la que los temores crecen al mismo ritmo que los niveles de glucosa mal controlada. Y no lo digo solo como periodista ni como creador de contenido, sino como alguien que ha escuchado, vivido y compartido historias con cientos de personas que, como yo, saben lo que significa esta condición.

Hay tres miedos que se repiten una y otra vez en las conversaciones que tengo con mi comunidad, y que rara vez se abordan con la seriedad que merecen.

1. El miedo a las complicaciones irreversibles

La diabetes mal cuidada no perdona. Puede arrebatar la vista, la movilidad e incluso la vida. El terror a perder una pierna, a no poder leer, a necesitar diálisis, es algo que muchos llevamos por dentro sin decirlo en voz alta. Y no es miedo infundado: es una posibilidad real si no tomamos control de nuestra salud.

2. El miedo a depender de otros

Quizá el golpe más fuerte no es físico, sino emocional. ¿Quién quiere ser una carga para sus hijos, su pareja o sus amigos? La idea de perder independencia, de no poder manejar, trabajar o incluso prepararse una comida, genera una ansiedad profunda. Queremos seguir siendo útiles, autónomos, dignos.

3. El miedo a las hipoglucemias

Quien ha tenido una bajada de azúcar severa sabe que no se olvida. Despertar en el suelo, no reconocer dónde estás o sentir que el cuerpo ya no responde puede dejar una huella más fuerte que cualquier diagnóstico. Este miedo lleva a muchos a vivir con precaución extrema, incluso a evitar salir solos o dormir sin compañía.

Hablar de estos miedos no es para asustar, sino para visibilizar. Porque una vida con diabetes sí puede ser plena, elegante y saludable, pero solo si reconocemos lo que nos preocupa y buscamos herramientas para enfrentarlo.

Desde este espacio, quiero seguir construyendo comunidad, compartiendo información útil y abriendo conversación sobre lo que realmente sentimos quienes vivimos con esta condición. No estamos solos. Y aunque el miedo existe, también existe la posibilidad de vivir mejor cada día.

 

— Mauricio Palomares

@mautopista