Por Luis Martínez Alcántara
En 2024, México alcanzó su peor posición histórica en el Índice de Percepción de la Corrupción, situándose en el puesto 140 de 180 países evaluados, con una calificación de 26 sobre 100. Este descenso es notable respecto a 2022, cuando ocupaba el lugar 126 con 31 puntos. Ahora, el país se encuentra al nivel de naciones como Nigeria y Uganda en términos de corrupción percibida.
Transparencia Mexicana señala que estos resultados reflejan la persistencia de altos niveles de corrupción que el gobierno debe abordar con mayor eficacia. La organización enfatiza que la sociedad mexicana demanda acciones más contundentes para combatir este problema que afecta diversas áreas del sector público.
Entre los factores que contribuyen a esta evaluación negativa se encuentran la incertidumbre sobre la implementación de reformas en materia de transparencia y anticorrupción, así como la opacidad en el Poder Judicial. Además, la impunidad en casos emblemáticos como Odebrecht y la Estafa Maestra agrava la percepción de corrupción en el país.
La contratación de empresas fantasma y la colusión entre autoridades estatales y el crimen organizado son prácticas que continúan afectando la integridad del sector público. Estas situaciones no solo deterioran la confianza ciudadana, sino que también obstaculizan el desarrollo económico y social de México.
A nivel global, el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 destaca que dos de cada tres países obtuvieron puntuaciones por debajo de 50 puntos, lo que indica niveles preocupantes de corrupción en el mundo. Dinamarca, Finlandia y Singapur encabezan la lista con las mejores calificaciones, mientras que Sudán del Sur, Somalia y Venezuela se ubican en los últimos lugares.